viernes, 16 de noviembre de 2012

REGENERANDO SISTEMAS

EL VIAJE

Vamos a hacer un viaje, un viaje distinto, y al mismo tiempo único, llegaremos a un lugar exclusivo, donde solo podremos acceder nosotros, al principio, como sucede cada vez que se inicia un nuevo sendero, costará caminar por él, tardaremos en llegar al  destino, con entrenamiento, el sendero se hará cada vez más corto y liviano, y disfrutar del paisaje al llegar, será cuestión de un abrir y cerrar de ojos. Estamos preparados para comenzar, asegurémonos 30 minutos de nuestro tiempo en un lugar sin ruidos, desconectaremos el móvil, reduzcamos la luz del estar, tomemos una posición cómoda y allá vamos.
Comenzaremos por cerrar los ojos, vamos a viajar a lo largo de nuestra anatomía, de nuestro cuerpo físico, para llegar a nuestro mundo psíquico. Bien, en una postura cómoda, si es posible tumbados boca arriba, con los brazos separados del cuerpo, las palmas de las manos descansando sobre la superficie y las piernas un poco separadas, vamos a dirigir nuestro pensamiento hacia nuestros píes, nuestro medio de transporte y la base de nuestro sustento al caminar, tomaremos conciencia de nuestros dedos, los sentiremos al igual que la planta del pie, vamos a relajarlos, vamos a sentir como su peso cae sobre la superficie en la que estamos y se queda allí, apenas podemos percibirlos, están completamente relajados, comenzamos nuestro ascenso por las piernas, nuestros gemelos empiezan a relajarse y el peso que sentíamos ya no está, la cara anterior de nuestra pierna hasta la rodilla también se relaja, llegamos a las rodillas, dejaremos caer su peso y las relajamos, nos vamos sintiendo mas livianos, procedamos ahora a llegar hasta la cintura pélvica, sentimos un gran alivio porque nuestras piernas se están relajando y descansan hemos abandonado su peso y ahora casi apenas podemos percibirlas. Hagamos lo mismo con glúteos y abdomen dejémoslos descansar para llegar a la zona del pecho, cavidad importante,  allí reside nuestro corazón. Pecho y espalda reposan, y dejamos de pensar en ellos, para dedicarnos a relajar nuestros hombros y cuello, zona que se suele cargar de tensión, vamos a sentir como nos libera relajar esta zona y sentimos como es cada vez más placentero el recorrido. Llegamos a la zona más importante, la cabeza, para ello comenzaremos por los músculos faciales, vamos a sentir como se elimina la rigidez de los mismos y abandonamos su peso, los dejamos marchar. Parpados, cejas, labios y mejillas, no existe tensión en ellos la hemos eliminado. La primera parte de nuestro viaje, la exterior, está concluyendo, abordemos ahora la interior, estamos cerca del destino y se empieza a disfrutar ya, de lo que nos espera, nos centraremos en nuestra respiración, vamos a visualizar como entra el aire en nuestros pulmones, nos inunda, nos revitaliza y vuelve a salir al exterior, nos concentramos en nuestra respiración y la escuchamos como entra y sale el aire revitalizándonos a su paso, poco a poco iremos abandonando nuestra respiración, actúa sola, cada vez la oímos más lejos hasta que deja de ser casi imperceptible, porque nos hemos centrado en los latidos de nuestro corazón, podemos sentir como bombea la sangre que recorre todo nuestro cuerpo, vamos a acercarnos a los latidos, su sonido retumba en nuestro pensamiento, escuchamos nuestro corazón como si estuviéramos dentro de él, nuestro estado de relajación es muy alto, estamos a punto de cruzar el umbral a nuestra mente, vamos dejando de escuchar los latidos, cada vez nos parecen más lejanos y ahora, nuestro paso más difícil, dejaremos nuestra mente en blanco, sin tensión, sin imágenes, durante el tiempo que podamos, para disfrutar de este estado que es tremendamente regenerador. Al principio cuesta y rara vez se consigue, pero como hemos dicho, con práctica se obtienen resultados increíbles. La capacidad de regeneración energética que tiene un solo segundo mantener nuestra mente en blanco, equivale a 20 minutos de descanso.  Las primeras veces abandonaremos nuestro viaje al principio, el lado positivo es que conseguiremos relajar zonas de nuestro cuerpo a las que sin darnos cuenta exigimos mucho y cuidamos muy poco, solo nos acordamos de ellas cuando nos duelen o tenemos molestias. De esta manera el viaje nunca será infructuoso, siempre nos reportará beneficios.
 Ánimo y a viajar.

5 comentarios:

  1. Excelente viaje, yo lo practico en yoga para relajación y cargar pilas después del ejercicio.

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    1. yo ese tipo de relajacion la e echo con el metodo de brian weiss y es una pasada

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    2. Imagino Juan que llegas con facilidad al destino. Me alegro por tí y por tu salud.

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  2. Conchi... Brian Weiss... eminente psiquiatra y maestro de maestros, ahí es nada.

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  3. TE RECUERDO QUE YO CONOCI A BRIAN WEISS POR QUE TU ME LO RECOMENDASTE HACE MUCHO Y A DIA DE HOY CREO QUE ME HE LEIDO TODOS SUS LIBROS

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